Nada mejor que escuchar el pávido návido a las tres de la tarde y levantarte a bailar.
Siempre crecí con esa música. Cadetes de Linares, Invasores de Nuevo León, cosas de esas.
Mi abuelito nos enseñó a bailar, todos los días me amanecía como a eso de las cinco de la mañana con la estación de "La ranchera de Monterrey" y me acababa el día igual, con esa misma estación.
Adoro bailar un huapango. Y bueno... Lo hago bien.
¡¡Quiero bailar!!
Una Palabra Al Aire. Son Como Las Hojas Que Van Cayendo.
1 comentario:
XET La Ranchera de Monterreeeeyyy...tum.
Jejeje.
Yo quiero bailar, pero nomas bailo los ojos wey, ¿como quiera me llevas?
Rancherita y Regionallll...
Saludos y abrazos Inanna, te quiero chingos wey.
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