19 de junio de 2009

Treinta y nueve -Y después...-

Llegamos a la casa. Comimos e hicimos la tarea. Él tenía miedo, lo se... Por que estaba respirando con más fuerza que nunca. Yo no decía más que "ay que apurarnos para no tener nada más que hacer" Sí. Respondía. Las cuatro de la tarde dieron en el reloj del consultorio del Dr. Javier González. Pasen. Dijo. Lo prepararon, lo acostaron. Lo dejaron quieto por un momento. Nosotros jugamos a que cantábamos una canción. El Dr. llegó. Sacó una aguja... La más grande que he visto en la historia. Alex me tomó de la mano. Y yo a él. Me apretó tan fuerte... Justo como lo hacía cuando tenía días de haber llegado al mundo. Y empezamos a cantar.
Y entre frase y frase... Pasaba por mi todo el dolor que él no sentía. Me dolía el estómago, la cabeza, las manos, y sobretodo me dolía el dolor suyo. El que no sentía. En que no conoció nunca. Las manos querían irse en ese momento, mis pies temblaban. Y él. Tan quieto, tan sereno, justo como él sabe serlo. Y al fina. Se levantó. Y yo caminé unos pasos para después tomarlo de la mano e ir al consultorio donde nos darían las indicaciones post. el tratamiento.
Es tan valiente. Tan Audáz. Tan Fuerte... Mucho más que yo.
¿Quién dijo miedo? ¡¿Eh?!




Una Palabra Al Aire... Son como las Hojas que Van Cayendo... Inanna...*

1 comentario:

Unknown dijo...

¿Quien dijo miedo? TÚ jejejeje