14 de marzo de 2009

Sueños.



Los sueños. Dicen los que saben que no son más que simples situaciones que nos aquejan en nuestra vida, que a veces no podemos externarlos cuando estamos despiertos, que los temores, la felicidad, los sacrificios, que todo lo que nos aqueja se proyectan como películas mientras dormimos; Que si la calle es larga, que si el cielo es muy alto, que te hundes, que lloras, que ves gente sin verla, pasos, escaleras, mar, dientes, bodas, funerales... Y un largo etcétera el cual nunca terminaría de decir...
Pero, ¿Qué pasa cuando sueñas despierto? Me imagino que todos hemos pasado alguna vez por algo similar, (o eso quiero suponer)de esas veces en que te dejas llevar, y para cuando acuerdas, tus pies ya se despegaron del piso, me imagino tal cual los globos llenos de helio, puedes ponerle mil pesas para que no vuele, pero está hecho para eso.

Aquella vez hace no mucho tiempo, pasó frente a mi un globo, luminoso, colorido, grande, de esos que aunque quieras no puedes despegarle la mirada, me habló, me dijo que lo tomara del hilo para que no se fuera, que lo agarrara con fuerza, que si lo hacía, no tendría por que volar, que lo que necesitaba era solo una mano que detuviera su vuelo, para decir la verdad completa, le faltaba un poco de helio; pero eso no le quitaba la hermosura, sus colores en tan lindos, tan colores... Pasaba y pasaba por mis ojos muchas veces, y sus palabras y su ruido, y su hilo, me animaba a tomarlo y cuidarlo.

Después de algunas visitas, encontré la manera de tomarlo suavemente, caminábamos largas horas juntos, reíamos, llorábamos a veces, se convirtió en mi mejor amigo, sabía perfectamente lo que yo era, y lo que pensaba. Yo caminaba con los pies en el suelo, pero tomándolo del hilo delgado que hacía que se quedara junto a mi, aquel globo cada vez era más grande, le había yo depositado tanto, que estaba a su máxima capacidad... Tan hermoso y fuerte que se veía. Así pasaron muchos días con todas sus noches, llegué a pensar que jamás se iría, aunque siempre mis pies en el suelo me decían que existía la posibilidad, aún así, ¿cómo no dejarme llevar por tanta belleza? ¿Cómo no pensar en que podía ser realidad? ¿Cómo no atreverme? Sin más, me encontraba yo también volando a pocos centímetros del suelo tomada de su hilo, el más frágil, que con el tiempo, más y más débil se volvía,(hay hilos que no duran tanto).


De un tiempo para acá, ese hilo desgastado y mi mano un poco más cansada quería zafarse, y mi mano soltarse, pero... Yo seguía tomándome de él, con más fuerza que siempre, no había sido tan feliz, todo era tan perfecto, tan lindo, que es más difícil soltarlo, pero pasó... Un día simplemente empezó a desprenderse, y era lógico, las cosas que dependen de una delgada línea tienden a desprenderse, tarde o temprano, fácil, o difícilmente... La caída, fue difícil, uno tiende a acostumbrarse a vivir bien, con tranquilidad, con cierta certeza, aunque sea un boceto hecho a lápiz...

La historia acabó, el globo voló, hizo la función por la cual están hechos, para volar, y fue así, mi caída al suelo fue repentina, colapsé en segundos, casi sin darme cuenta, fue el estallido de mis ojos y el golpe al corazón lo que me hizo despertar de este sueño, de esta historia, fue entonces que solté el hilo del cual pendían mis ilusiones, mis sueños y mis pensamientos llenos de helio.

Quizá habrá más globos que pasarán y se quedarán, quizá no... Quizá el señor que reparte los globos tendría uno justo para mi, sin helio, quizá aún no está hecho, quizá mi globo brillante sólo era prestado, quizá yo pretendí que era real, que era mío, que se quedaría... Quizá, fue sólo un sueño.








Una Palabra Al Aire... Son como las Hojas que Van Cayendo... Inanna...*

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