9 de abril de 2009

Parte Once -Vacaciones-

A veces uno piensa que salir de donde vives, te da el poder automático de deshacerte de todo lo que te pones encima. Los sentimientos, las preocupaciones, las felicidades, todo.
¿Será automático? Llevo cuatro días fuera de mi casa, de mis cosas, de mi misma, y aún no he podido deshacerme de todo eso que dije. Es raro, es cuando más y más cerca vienen a mi todas las presencias fantasmales que llegan y te dan en la madre a diario. Creo que debo dejar de fumar entre otras cosas que debo dejar de hacer; beber tampoco funciona, más bien nada funciona, a veces... Los sentidos se engrandecen a su máxima capacidad.
Yo ya no siento que he perdido nada. Sólo se que el tiempo se pierde; así como las vidas y los intentos, que a veces por más que trates de verle el lado bueno a las cosas, y de quedarte con los mejores momentos, te das cuenta que nada fue real, y mucho menos hay algo que guardar. Yo por lo menos tengo mis manos y mi mente que me ayudan a rehacer todo lo que no pude, y a soñar más tiempo y con más ganas. El tiempo que se pierde. Se ha perdido.

Tendré que regresar un día de estos a mi antigua vida. Sólo que ahora, el olvido, el dolor, y las ganas de llorar, estarán en el último peldaño de mi pirámide. Quiero olvidar, me urge olvidar, necesito olvidar. Como desde hace un par de meses. Necesito un nuevo principio. Y lo necesito ya.


Una Palabra Al Aire... Son como las Hojas que Van Cayendo... Inanna...*

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