26 de febrero de 2009

Crónicas de un Concierto de Rock.

Siendo la 1:55 de la tarde, se abrieron las puertas del Colegio Juan Escutia, y por primera vez en siete meses, mi hijo estaba esperándome con mochila al hombro en filo de la puerta; -Adiós, adiós- Con las manos y la boca a todos los que nos veían pasar: -vámonos “devolada”. Ma, por que traigo mucha tarea- Casi corriendo no sin antes hacer stop con la señora que vende los Bon Ice, (por mucha prisa que haya, siempre hemos de hacer alto para comprar algo) cruzamos la calle y tomamos el primer taxi que encontramos, en el camino, veníamos platicando de cómo estuvo el día y cosas así… Aunque él, no se aguantaba las ganas de quitarse ese ya deslavado uniforme azul con blanco de la escuela, y, montarse en unos jeas y tenis converse (de bota) tal y como los usan los verdaderos Rockstar’s…
Llegando a la casa, en menos de cinco minutos ya estaba todo listo para que comiera su platillo favorito, y mientras lo hacía, yo le checaba la tarea y hacía lo propio para empezar de manera casi inmediata (que como cosa hecha adrede, era una cantidad importante) –¡Ya terminé!- Y de un salto fue a dar hasta la cama donde ya lo aguardaba su ropa y sus tenis, se los puso, y una vez vestido adecuadamente para la ocasión, no podía aguantar su cara de felicidad -¡Ya me quiero ir! – decía y decía en repetidas ocasiones esperando que el reloj corriera más a prisa de lo normal para poder estar ya ahí, donde desde hace ya muchos meses, imagino que hasta soñaba con el momento.. Recargado en las almohadas de la cama, no dejaba de ver los boletos que traía en la mano (Fue cuando no resistí en captar el momento en que sus ojos sumamente expresivos ni siquiera parpadeaban por ver esos boletos color naranja y en letras negras decía: Concierto Iron Maiden 25 de Febrero Estadio Universitario 4:30pm. así que le tomé una foto) La hora había llegado, estábamos saliendo de la puerta de nuestra casa rumbo al lugar, casi puedo asegurar que el camino se hizo más largo, más lento, y sobre todo más pesado… Hasta que por fin, llegamos… Entre que veíamos las playeras, y los souvenirs que siempre abundan en ese tipo de eventos, y hasta que encontramos la que más se adaptada a su tamaño (por que la mayoría eran enormes) entramos…
El sol, era casi insoportable, el calor, igual, pero eran más las ganas de quedarse a ver lo que pasaría a las ganas de salir corriendo para guarecernos del sol en alguna “sombrita”, cuatro bandas estuvieron pasando una a una, de las cuales, no podría decir que conozco, lo que sí, es que la última estuvo tan terrible, que hasta el mismo Alex se quedó dormido, sí, dormido con todo ese montón de ruido, así que después de la asoleada, el calor, la espera, y tanto rockero que pasaba a lado, detrás, enfrente, y a lo lejos de mi… Las luces del estadio se apagaron… Las pantallas se encendieron con un video donde mostraban todo lo que hacían previamente a entrar a un escenario… ¡Música! Retumbaba en mis oídos y creo que en el de todos los demás, un estruendo muy grande y de pronto, las luces el escenario parpadeaban como haciendo ruido también, y desde atrás… Los fuegos artificiales, anunciaban la entrada triunfal de los que hasta ahora, son los Ídolos de Alex… De pié sobre la butaca y abrazándome muy fuerte, estaba mi pequeño gran rockstar… Con sus ojos abiertos totalmente llenos de esa gran luz que reflejaban la ostentosa entrada de Iron Maiden, su boca, ligeramente abierta, y sus manos me apretaban la espalda muy, muy fuerte, no hizo ni un solo movimiento, ni un solo ruido… Me hubiese gustado poder entrar en su cabecita y saber que era lo que estaba pensando, ¿Qué estaría diciendo en ese momento? Y lo mejor ¿Qué pensaría?... Imagino que para él el ruido y la multitud de detuvo, como que le puso pausa el momento para no olvidarlo nunca, nunca… Y como por un click, de “play” su emoción estaba dando todas las expresiones posibles, y cantó y bailó y gritó, y rockeó como los grandes y a pesar que era el más pequeño de todos los que ahí estábamos, y sus manos que querían alcanzar hasta allá, se levantaban con una fuerza y con una maravillosa agilidad y yo sólo lo veía y lo veía, embobada, Alex estaba como pez en el agua, como volando, como en una realidad mejorada al 1000% de como la había soñado, su corazón, era tal cual sonido de la bataca de Nicko McBrain, fuerte, limpio, sonoro, y sus manos tocaban sin cesar las guitarras, incluso puedo asegurar que mejor, mucho mejor que Adrian Smith, Steve Harris,Janick Gers y por supuesto, Dave Murray… Y las canciones pasaban, así como pasaban sus pasos sonando fuerte y golpeando la butaca con el número 66 que le había tocado, cuando entonces ¡Trooper! Y más saltos de alegría, y más headbanger, y ¡más rock! Fue verdaderamente emocionante verlo, sentirlo, y ser quien lo acompañara su primer concierto de rock… Justo pensé que estaba por terminar, cuando Fear Of The Dark, retumbaba hasta hacer explotar todos los gritos de los que ahí estábamos, y para finalizar, 666 the number of the beast Y Eddie llegó… El tan esperado Eddie, hizo su aparición al final de todo, para adornar el pastel con la cereza más grande y roja del mundo... Y fue más su alegría por que fue lo que más esperó toda la noche…

Y siendo las 10:40pm fue cuando bajamos las escaleras y entramos por el túnel de la puerta 7 del estadio Universitario, camino a casa, con una sonrisa que bien podría haberle dado tres vueltas a ese lugar, y regresamos, cansados, con sueño, con calor, pero a la vez, con tanta emoción, tanta felicidad, que sin duda, podría volver a pasar por otro momento de insolación y de espera, sólo, tan sólo por ver de nuevo esa cara, esos pies, esas manos, y esos ojos llenos de felicidad.

Agrego que… Si Bruce Dickinson, hubiese visto lo que yo… Le hubiese besado los pies al futuro pequeño gran rockstar.




Dato Curioso: Alex, es mi hijo y fué el más pequeño de todos los que estuvimos en ese concierto... Adrían Smit, Steve Harris y Dave Murray guitarristas de Iron Maiden
Bruce Dickinson vocalista de Iron Maiden. Headbanger: Movimiento de cabeza (rockero)

De los mejores momentos que he pasado.


Una Palabra Al Aire... Son como las Hojas que Van Cayendo... Inanna...*

1 comentario:

Anónimo dijo...

que chido relato me encanto y ni siquiera se como llegue a tu blog, me encata que compartas con tu niño todas esas cosas , nunca le sueltes la mano aunque el ruido sera feroz. jarry