26 de octubre de 2009

Parte Setenta -

De pronto parece que se borró la pelicula,o simplemente al final de todo siempre quedamos curados de algo, cualquier enfermedad, la que sea no importa, o te curas o mueres. Parece que yo estoy curada.

Tengo una puerta abierta.


Una Palabra Al Aire. Son Como Las Hojas Que Van Cayendo.

22 de octubre de 2009

Parte Sesenta y nueve. - Hoy, no estoy para nadie.

Hoy, sonrío y el corazón se me arruga, volteo a la derecha de mi habitación, respiro un aire vacío, me pongo a ver con atención, cada pedazo de cielo, de sol, de hueco que se encuentra en los rincones de mi casa.

No me gusta la felicidad si no la comparto. Mientras sigo inspeccionando cada sitio, te encuentro en cada paso, en la silla de madera que agarraste en exclusiva, donde se sentaba el Rey, el jefe, tu trono particular tenías ahi, justo frente a la cocina. Hace un rato te encontré cruzado de pies y brazos, con esa cara sonriente que siempre estrenabas cada segundo, estás también en los clavos que pusiste sobre la pared, mil, dos mil, no se cuantos exactamente, pero sé que siguen estorbando cada vez que nos toca pintar, y supongo que lo sabes también pero ni así te dignas a venir a quitarlos. Ya lo se, te gustan así y me parece bien. Te sorpendí rasurándote frente al espejo que está en la cocina, tomabas apresurado el cepillito de esos de peluqueria y la navaja, no se como jamás te has cortado y no entiendo la poca delicadeza que tienes para rasurarte, pero me encanta verte. El ruido que hacías me hizo subir a la terraza, no se que andarás ideando el día de hoy, pero estoy segura de que no será algo bueno, esas ideas tuyas a veces no te salen bien, y aunque digas que no es cierto, sabes que sí, no creo que quieras que te recuerde el detallito de las ventanas del cuarto de Xanthal. ¿Ves como tengo razón? Pero bueno, tú puedes hacer lo que quieras, que para eso eres el Jefe y nadie diremos nada (aunque no se por cuanto tiempo). Huele rico el café que preparaste, y tus sorbidos ensordecedores se escuchan bastante bien hoy y ya escuché tus trotes al rededor de la mesa, pero no seas exagerado, no hace tanto frío. Es que tú estás en todos lados, siempre.

Te hemos rendido tributo cada día desde hace muchos, en la cena, la comida, cualquier momento es apto, pasamos tu palabra por los oídos de todas las gentes que vienen a querer saber de ti, seguro estás presumiendo por allá donde andas todo lo que hacemos, ¿verdad? Puedo ver tu risa desde aqui. Por eso sonrío también.

No pensé que el tiempo pasara tan rápido, pero creo que hasta en eso pensaste, no lanzamos lágrimas a tu foto, no, tu bien sabes que eso no va con nosotros, te aventamos carcajadas, cervezas, música, un buen huapango te gusta como a eso de las tres de la mañana, y tú feliz, viendo como no te equivocaste, míranos, hiciste un trabajo impecable, estamos todos medios locos, pero sabemos andar, rezar, hablar, escuchar, trabajar, luchar, sonreír, AMAR y sabemos que estás satisfecho, me lo aseguran tus ojos de papel que imagino cada mañana, sabes también que no tengo que ir a diario o con frecuencia a aquel lugar donde te lloramos tanto, tú estás en mis mañanas, en el desayuno, en la comida, en la cena, en los ojos de Alex, en las manos de Juve, en los oídos de Sebastian, en la boca de Xanthal, en el corazón de mi abuelita, en la fuerza de mi madre, te tengo a diario, siempre.

¡Que afortunada soy! Y como duele abrazarte sin poderte tocar, te extraño eso es cierto, no lo he negado y duele, más que cualquier dolor del mundo, pero me alegro, vivo feliz (aunque no completa), orgullosa se me llena la boca y el cuerpo cada que te nombro, te presumo todos los días, la gente me envidia, lo se. Y es que como no hacerlo, no todos tienen la bendición y la fortuna de conocer al mejor hombre del mundo.

Tú, que me enseñaste a caminar, a llorar, a pelear, a perdonar, a aceptar. Tú que me diste el ejemplo más grande de que el amor existe y que además de existir es eterno, justo cuando todo me parecía lo contrario. No sabes como agradezco tus pasos, tus manoteos, tus luchitas en la cama una noche de domingo, tus historias, tu amor a Alex, tu preocupación, tu chocolate carlos quinto cada sábado, tus gomitas de fresa, tus chicles, tus uvas, mangos, manzanas, naranjas, melones, plátanos. Tus canciones en plena madrugada, tus notas en la guitarra.

¡Gracias! Por hacernos lo que somos, por mantenernos juntos, por enseñarnos lo necesario, por dejarnos ser parte de ti, por hacer que sintieramos todo esto, gracias a eso vivimos con tu vida en nuestros labios. ¡Ah que felicidad me da llorarte! y que rico se siente en el corazón cada que te extraño, gracias por haberte ido el día justo en que tenías que hacerlo. ¡Gracias por que para mi, tener tu sangre es mi honra!

Hoy, hoy no estoy para nadie, por que justo desde que el día empezó, he estado encontrándote en todos lados.

El cielo se ve más contento desde que vives allá.








Una Palabra Al Aire. Son Como Las Hojas Que Van Cayendo.

13 de octubre de 2009

Parte Sesenta y Ocho - Charla

¿En qué lugar, en qué momento, a qué des horas me dirás que te amo? Esto es urgente por que la eternidad (también) se nos acaba.

Anoche platiqué con Sabines.



Me dijo el señor Sabines que Dios le encanta que es un tipo buena onda que nos da y nos quita cuando quiere, que nos hace cosas y nos castiga a veces pero sólo para darnos cuenta de que podemos soportar muchas más cosas de las que pensamos.
Ayer platicamos y me dijo también que le duele la ausencia, que reclama desesperado por la mujer que lo abandonó, que lo dejó loco de amor y muerto de miedo, que le duele insoportablemente el dolor de haberla perdido.
Me dijo también que el asunto de extrañar es más que un leve suspiro al viento, y que por más muertos que estén los viejos y los niños y la gente que murió sin saber que acá también nos morimos, siempre habrán de regresar a nuestras mentes, con la misma vitalidad que cuando respiraban.
Me confesó, que la gente sabe amar, que se esconde para no ser visto, que son como nubes, como gatos negros detrás de los árboles, que se dan el amor sin preocupación que no les importa ser queridos, y que se callan.
Me contó que le gustaría contarme sobre su amada, recorrer los parques con ella, dejarla abandonada y volver a ella para que así jamás huya de él, que la ama tanto, como para comer uvas en la tarde y estar con ella siempre hasta que Dios apague la luz.
Y después justo antes de irse le pregunté: ¿Verdad que el amor existe? Y me contestó:

Yo no lo sé de cierto, pero supongo
que una mujer y un hombre
un día se quieren,
se van quedando solos poco a poco,
algo en su corazón les dice que están solos,
solos sobre la tierra se penetran,
se van matando el uno al otro.

Todo se hace en silencio. Como
se hace la luz dentro del ojo.
El amor une cuerpos.
En silencio se van llenando el uno al otro.
Cualquier día despiertan, sobre brazos;
piensan entonces que lo saben todo.
Se ven desnudos y lo saben todo.
(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo.)

¿Verdad que a ti, también te hace dudar? Y se fue, llorando, llorando la hermosa vida.

Después de todo, a mi también me encanta Dios.






Una Palabra Al Aire. Son Como Las Hojas Que Van Cayendo.

8 de octubre de 2009

Parte Sesenta y Siete - De Vacaciones.

Me pasa que no quiero saber de nada más que de mi y los míos, acá, desde donde estoy, no es necesario tener pasaporte ni caminar un paso más de los que estoy acostumbrada. En este viaje se han presentado tantas cosas de las que estoy segura servirán de algo. La cabeza me sigue doliendo a veces, pero por lo menos puedo dormir un poco más.

Vacaciones era lo que necesitaba, salir de donde estaba y viajar tan lejos como pudiera. Y así fue, exactamente me fui tan lejos como pude, he descubierto que hay más de un lugar donde poder perderme sin que nadie sepa de mi, no es que juegue a escondidas, o que esté huyendo de alguna cosa, un acontecimiento que me haga tomar la decisión de largarme. Es sólo que hay veces en que no necesitas de nadie más que de ti, a veces pienso que estoy en esta depresión pre cumpleaños y me escondo en mi burbuja mágica donde no entra el llanto ni el dolor, ni las noticias que no quiero saber. Puede ser que sea cierto, o puede ser que no, para estos momentos ni siquiera me importa saberlo.

Desde donde estoy, las lunas se ven más grandes y brillosas, el sol o quema ni calienta el suelo, está justo como los soles de Enero, en los que puedes salir a la calle sin temor de regresar casi asesinado por él. El agua es maravillosa, tan azul que hasta parece turquesa, y que decir de los atardeceres con esos tonos rojizos naranjas, casi dorados. Me gusta mucho salir como a eso de las siete de la tarde, sentarme sobre la arena con las puntas de los dedos de mis pies tocando el agua y ver hacia el punto donde se junta el cielo con el mar, es cuando me pongo a pensar en todas las veces que he pensado en desaparecer. Ahora estoy segura que no me gustaría perderme de nada de esto. Incluso de las cosas que no me gustan.
Todavía no puedo encontrar mi momento favorito, entre esas tardes y esas mañanas de frío rico, cuando salgo de mi cabaña y me voy a caminar sobre la nieve, y jugamos mi hijo y yo a hacer snowmans y después nos lanzamos al piso y damos vueltas como pequeñas piezas de lluvia que se congelan al tocar la tierra. Es todo tan perfecto. No se si quiero regresar.

Preparan para mi una fiesta de cumpleaños, dicen que irán las personas que más amo en este mundo, con las que más de mil lágrimas he compartido y muchas más carcajadas. Parece que todo está listo, todos esperan el momento en que llegue el día, y yo también. Muero por ver las caras de todos ellos, reunidos ahí, en un mismo lugar, sabiendo muy bien que están sólo por una razón. Sienten lo mismo que yo.

Mientras eso sucede. Seguiré disfrutando de este delicioso café mientras escucho tocar a un violinista que está en las afueras de una estación del metro, hace frío, no llueve, el clima es perfecto y la ciudad es exacta.











Una Palabra Al Aire. Son Como Las Hojas Que Van Cayendo.